El sistema Linux

En los años 80 el rey supremo de los sistema operativos en el imperio de los ordenadores personales era DOS, adquirido posteriormente por Bill Gates por 50.000 dólares; la única alternativa a este sistema operativo para usuarios era el Macintosh de Apple, que aunque era mejor, era poco abordable debido a sus precios astronómicos.

No hay que olvidarse de Unix, aunque era lo suficientemente caro como para mantener alejados a los pequeños usuarios de PCs y se dirigía fundamentalmente a entornos corporativos. Una vez que el código fuente de Unix fue mostrado en las universidades por cortesía de Bell Labs, fue cuidadosamente guardado y no se le dio publicidad.

A finales de los años 90 apareció lo que podría ser la solución Minix, una versión de Unix limitada escrita por el profesor holandés Andrew S. Tanenbaum, que quería enseñar a sus estudiantes el funcionamiento de un sistema operativo. Fue diseñado para funcionar con los microprocesadores 8086, que por aquellos tiempos inundaron el mercado mundial.

Como sistema operativo, Minix no era magnífico, pero la ventaja es que el código fuente estaba disponible. Cualquiera podía acceder a las 12.000 líneas de código, escritas en el lenguaje ensamblador y C. De esta forma, por primera vez un programador en ciernes podía acceder al código fuente de un sistema operativo, algo que tradicionalmente las compañías de software habían guardado celosamente. Tanenbaum cautivó las mentes brillantes de los estudiantes de informática, quienes entendieron, a través de las líneas de código, el sistema completo que ejecutaban sus ordenadores.

Y uno de esos estudiantes fue Linus Torvalds.