PRIMITIVA EVOLUCIÓN DEL
PIANO.
A partir de 1725, año
en que el organero alemán Gottfried Silbermann de Friburgo adopta el sistema de
Cristofori y construye dos pianofortes que somete a la consideración de Johann
Sebastian Bach, los mayores avances se producen en Alemania. Quizá la
contribución más importante la hizo Johann Andreas Stein de Augsburgo, al que
se consideraba inventor de un sistema de escape mejorado que sirvió para fundar
la escuela vienesa de piano elogiada por Wolfgand Amadeus Mozart, que contó con
el favor de la mayoría de los compositores alemanes de finales del siglo XVIII
y principios del siglo XIX. Varios constructores de la Alemania central
emigraron a Londres hacia 1760 y fundaron la escuela que, con John Broadwood y
otros, empezó a trabajar para la producción da pianos más sólidos, cuya fama ha
llegado hasta nuestros días. El francés Sébastien Érard fundó la escuela
francesa en la década de 1790. En 1823 desarrollo el sistema de doble acción
que todavía hoy es de uso
general. En esta época, artesanos de muchos países europeos
trabajaban para perfeccionar el instumento. Se produjeron numerosas mejoras en
el diseño y la construcción. Alemania y Estados Unidos han destacado en la
fabricación de pianos, en especial la casa alemana fundada por Karl Bechstein y
las estadounidenses Steinway de Nueva York y Chickering de Boston. Los pianos
de la fábrica austriaca Bösendorfer son también muy apreciados.
La extensión del
piano primitivo era, como la del *clavicémbalo, de cuatro o cinco octavas. De
forma gradual se fue aumentando a más de siete. Para ello se realizaron cambios
estructurales como el incremento de la tensión de las cuerdas para producir
ciertas notas. Un modelo Bösendorfer tiene un bajo extendido, con lo que se
llega a las ocho octavas.